4. Ya no puedo soñar con aguinaldos

Empezaste tu rutina diaria, lo único que te impulsa a mover un pie tras otro rumbo al trabajo es pensar en el sueldo y en lo que éste conlleva: pago de deudas, algun gusto que te puedas dar (cafés, cigarrillos, pan de arani) y si te sobra alguna moneda tal vez puedas de una vez llenar el chanchito que te compraste hace cinco años atrás. Trabajar es tan malo que tienen que pagarte para hacerlo.

Todo ese sueño se va abajo cuando tu jefe -entre las muchas cosas que siempre te dice y no le entiendes- te explica detenidamente que existe un recorte de personal y que tú estás dentro de ese grupo de personas a las cuáles él lamenta tener que despedir. Si es amable te dira: "se te agradece por tu tiempo, pero tus servicios ya no son necesarios en la empresa, estaremos en contacto cuando superemos esta crisis". Si por el contrario, el jefe te tenía entre ceja y ceja siemplemente te dirá "recogé tus cosas y raja de aquí "

Adiós ilusiones, chau a tus salidas, ni pienses en pagar tus deudas, el chanchito tendrá que esperar un tiempo más para engordar; lo que más te duele es tener que decir au revoir , ciao, bye bye, sayonara aguinaldo! A partir del lunes tu única afición será ir a la hemeroteca y leer los clasificados buscando trabajo. Otra vez, y van...

Seguramente te quedará el odio natural a tu jefe, quizás vayas un poco más lejos y planees tirarle huevos a su casa, acosarle mandandole mensajitos de texto desde el internet, o quizás pintarle el carro con el lema de tu preferencia -se aconsejan todos los insultos habidos y por haber. Si tienes planeado hacer eso, que mejor manera que realizarlo escuchando el nuevo programa en la barra lateral del blog o clickando en la imagen para descargar! (y superalo!).




El desempleo se sobrelleva con los siguientes discos:











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