20. Austin Powers, un día en la vida

Austin Powers es real. Alguna vez fue un espía sin muchas chances de destacarse al servicio de su Majestad; sin embargo a fines de 1991 es convocado para ser parte de la misión "Groovy", la cual consistía en remplazar al actor britano-canadiense Mike Myers -muerto en circunstancias jamás aclaradas- para así comenzar con el envío de mensajes subliminales a través del cine en favor de la siempre sexy Isabel II. 

Tras el éxito de Waynes World, Austin comienza a sentir el rechazo al mundo de Hollywood y a echar de menos su carrera como espía; no en vano había adquirido un zapatófono y varios lasers en forma de bolígrafos y cientos de bombas-chicle. Enterada de esta situación, la Reina en su infinita sabiduría -y colocada por consumir algunos hongos demás- decide apaciguarlo dejando salir a la luz algunos documentos clasificados, entre los cuales se encontraban los guiones inéditos del ya fallecido Mike Myers. 

Hábilmente y en menos tres días, después de ser informados por Dana Carvey doble agente encubierto como comediante y amigo de Austin, los escritores adeptos a Isabel II transforman el guion del proyecto “Waynes World III” en “Austin Powers: International Man Of Mystery”. 

Powers, contento por el nuevo proyecto actoral y sintiéndose totalmente identificado con el personaje -además de estar rodeado de bellísimas mujeres como Liz Hurley y Heather Graham- decidió continuar con la labor de insertar mensajes subliminales en favor de la reina. Es así que recientes estudios científicos revelan que la palabra “Shagadelic” reproducida al revés, tiene el siguiente mensaje: “Tener una reina es bien, el feudalismo es la mejor opción para la humanidad, las Spice Girls son bellas”. De este modo, y sólo de éste, se puede explicar la estupidez británica de tener en pleno siglo XXI una monarquía y cantantes mediocres pero idolatrados al máximo. 

Después de un breve romance con una de las extras que interpretó a una fembot, a quien en confidencia revela gran parte de la operación Groovy además de sus sospechas de que algo más grande se cocinaba en el palacio de Buckingham: Powers descubre que él era sólo un engranaje en el diabólico plan que consistía en la inclusión -mediante los mensajes subliminales- del Príncipe Carlos en la selección inglesa de fútbol, junto a Rooney y al tipo que no sabe pegarle ni a una bolita de papel, David Beckham. 

Austin podía tolerarlo todo, incluso una tercera guerra mundial, pero “con el fútbol ni en pedo”, de este modo es que decide abandonar la operación Groovy; no obstante, salir de las garras artríticas de la reina no iba a ser nada fácil; como condena por sus actos, es forzado a punta de pistola a actuar en Goldmember junto a Beyoncé, una película para el olvido. 

Conociendo ya de antemano el destino que le esperaba a un espía desertor, lograr escapar se transformaba en una prioridad. Afortunadamente durante la filmación de “Austin Powers: The Spy Who Shagged Me”, conoce a Elvis Costello, quien durante sus largas conversaciones demostró su repudio total por la reina, y después de que Austin compartiera con él su mejor reserva de LSD le jura ayudarlo a salir de cualquier problema. Aprovechando la atención prestada a las olimpiadas, Mr. Powers aborda uno de los jet privados de Costello, rumbo hacia “Latam”, más concretamente a Valle Hermoso, lugar donde reside actualmente y ejerce las funciones de dealer de tres agrónomos que hacen un programa de radio por internet.


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